VIVIAN MAIER: LA NIÑERA INVISIBLE ,QUE APARECIO
LA MUJER INVISIBLE QUE HIZO
VISIBLE LO COTIDIANO DE NEW YORK
UNA MIRADA AL MUNDO DESCONOCIDO DE LA GRAN MANZANA
El ex agente inmobiliario John Maloof por aquel entonces escribía un libro sobre la historia de Chicago, mientras que la situación de Vivian Maier no era muy bollante económicamente. No podía pagarse tan siquiera el alquiler, por lo que tuvo que vender más de cien mil de sus negativos y películas sin terminar, que guardaba en algunas cajas.
«Me preguntaba dónde encontrar y rastrear en fotos antiguas para ilustrar el libro y probé suerte, por casualidad, en una casa de subastas local de chatarra y muebles»,comentaba Maloof, quien esperó hasta dos años para investigar su compra.
«Lo miraré cuando tenga más tiempo. Y dos años después, esa compra había desenterrado algunas de las mejores fotografías callejeras del siglo XX «.
LA FRANCESA QUE LLEGO A LA GRAN MANZANA
Vivian Maier fue una mujer estadounidense de ascendencia francesa y astrohúngara que nació en la ciudad de Nueva York. Su condición de niñera, la cual capturaba «a escondidas» fotografías por las calles de su ciudad, Nueva York, ha sido una historia que en los últimos tiempos ha cautivado al público, pero no tanto por el hecho de ser niñera como por su necesidad de ser libre y de demostrarlo a través de sus espectacular arte de hacer fotografía.
Niñera y empleada del hogar interna de profesión, llevó una vida errante, de casa en casa, a las que acudía cargando decenas de maletas abarrotadas de rollos de negativos por revelar, con fotografías que tomaba de forma impulsiva mientras desempeñaba su labor de cuidadora.
«Su condición de niñera, la cual capturaba «a escondidas» fotografías por las calles de su ciudad, Nueva York,»
Sus empleadores jamás supieron del contenido de las maletas ni mucho menos que fuera tan buena fotógrafa, si bien recuerdan que siempre llevaba una cámara de fotos consigo.
LOS INCIOS DE VIVIAN
Nació el 1 de febrero de 1926 en Nueva York. Hija de madre francesa y padre austriaco. (Aunque siempre ocultó estos datos. Estos y todos los referentes a su vida. Cuentan quienes la conocieron que siempre pensaron que era europea y tenía un falso acento francés).
Vivía con sus padres en Nueva York.
En 1930, cuando tenía sólo 4 años, su padre las abandonó y la madre se encargó de su crianza.
“Siempre salía llevando al cuello su cámara de fotos, que era un rasgo de su presencia personal tan invariable como sus grandes abrigos o gabardinas, sus sombreros de alas caídas, sus camisas masculinas, sus faldas como de monja de paisano, sus zapatos negros y austeros de tacón bajo. Todos los dueños de las casas en las que vivió y todos los niños a los que cuidó la vieron siempre con la cámara…”
SU TRABAJO DE NIÑERA
En su juventud (1949), con 23 años, regresó sola a Francia para ayudar a vender una gran propiedad de su tioabuelo, caído en Segunda Guerra Mundial, y adquirir su parte de la herencia, y aprovechó para conocer el país y fotografiarlo todo con una cámara Kodak Brownie.
Su primer trabajo confirmado fue en Highland Park (ciudad al norte de Chicago, Illinois), a orillas del Michigan, donde cuidó a los niños de Nancy y Aaron Gensberg ‘John, Lane, y Mathiew’ desde 1956 hasta 1972.
LA DESCONOCIDA MAS FAMOSA DEL MUNDO
Su obra fue descubierta en 2007 por casualidad por el joven John Maloof, un aficionado a la fotografía que desde niño acudía a mercadillos y subastas y que, buscando fotos de Michigan para un trabajo en el que se hallaba inmerso, dio con sus fotografías en la casa de subastas sita frente a su casa.
Al descubrir las bellas fotografías que se hallaban en aquellos negativos, buscó en Internet su nombre, pero no encontró ningún resultado.
Pasados dos años, continuando su interés en la fotógrafa cuya espectacular obras estaba descubriendo en cada nueva tira de negativos que , realizó una segunda búsqueda en Internet y ésta vez si encontró algo: su obituario. Era 2009 y Vivian acababa de fallecer.
Descubrió que no se trataba de ninguna periodista ni fotógrafa profesional: aquella mujer de gran talento para la narrativa visual era una niñera.
Una niñera de profesión, fotógrafa aficionada, que aprovechaba su trabajo -cuidar niños- para pasar el máximo número de horas posible en la calle haciendo fotos.
«Nada se sabe sobre cómo aprendió Maier a fotografiar: Su formación artística es un misterio.»
Bien avanzada la década de los 90, cuando ya superaba los 60 años y no podría correr tras los niños, comenzó a trabajar cuidando enfermos y tullidos.
Su estado mental se fue deteriorando y cuentan quienes la conocieron en sus últimos años que comparaba fruta y verdura en mal estado, la cocía y se bebía el agua de la sopa o la grasa de las ollas de carne para mantener la salud.
Vivian Maier falleció sin ser reconocida. El gran reconocimiento de su obra llegó gracias a este joven inquieto, que vio el poder de su fotografía y quiso darlo a conocer al mundo.
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